Cómo ya sabréis el próximo 6 de Diciembre se celebra el cumpleaños de la Constitución española.
¿Cómo?, ¿qué no sabeís quién es?.
Bien, pues para aclararos quién es, qué es y para qué nos sirve a los españoles, os he preparado un cuento estupendo con el que podréis aprender y conocer a "nuestra Constitución".
Espero que disfrutéis y aprendáis con esta historia:
UN CUENTO PARA APRENDER
Al amanecer, caminito adelante, por la calle, Paco correteaba alegremente. Jugaba con cualquier cosa que llegaba a sus pies. De pronto se detuvo y miró como su vecino, el librero, hacia limpieza en su librería. Rápidamente comenzó a curiosear a su alrededor, deteniéndose en un cajón lleno de libros, y preguntó a su vecino, que se encontraba muy atareado:
– ¡Señor Alfonso! ¿Puedo echarle un vistazo a este cajón?
– ¡Si, claro! Además si, quieres, me puedes ayudar a limpiarles el polvo y cuando termines, eliges uno y te lo llevas a casa -contestó el librero.
– ¡Pues si, es una buena idea! Replicó Paco.
Apresuradamente cogió una bayeta, que le ofreció el librero y comenzó a limpiar todos los libros. Pero al cabo de un rato, Paco se sintió cansado y olvidó de limpiar uno de ellos, que se encontraba en lo más profundo del cajón. De pronto escuchó una voz:
– ¡Eh! A mi no me limpias?
– ¿Quién me habla?
– ¡Soy yo!
El niño miró a su alrededor, buscando ansiosamente de donde procedía la voz, pero no vio a nadie.
– ¡Quien quiera que sea, que salga! Vociferó Paco con voz temblorosa.
– ¡No puedo salir si no me ayudas!
– Pero, ¿dónde estás?
– ¡Mira, estoy en el fondo del cajón!
El niño buscó curiosamente dentro del cajón y encontró un libro polvoriento, y sorprendido preguntó:
– ¿Acaso… eres tú el que me hablas?
– -Si, soy yo. Sorprendido ¿no?
– Claro, si yo dijese a alguien que un libro me habla ¿crees tu que se lo creerían?
– -Pero, yo no soy un libro como los demás.
– ¡Ah! ¿nooo?. Entonces… ¿quién eres?, porque yo solo veo un libro.
– Si, soy un libro, pero escrito con el esfuerzo de muchas personas.
– Bueno, pero al fin y al cabo, eres solo un libro, con una bandera y un escudo muy bonito en la portada. Pero todavía no sé, ¿por qué siendo un libro me puedes hablar?
– Yo siempre hablo al que me quiere escuchar.
– Pero, dime de una vez, ¿quién eres?
– Soy la "CONSTITUCIÓN”.
– La ¿Constitución?, ¿Y eso qué es?
– ¡Anda siéntate! que te voy a contar mi historia. Hace algunos años, unas personas se reunieron…
– ¿Y quiénes eran esas personas? - Interrumpió Paco.
– Esas personas, eran como los capitanes de equipo de tu clase.
– ¡Ah! sí. Venga, sigue contándola. -dijo Paco.
–...Y estuvieron muchos días hablando, sobre lo que era mejor para todos. Cuando decían algo que era bueno, y a todos les gustaban, votaban.
– ¿Votaban? ¿Cómo votaban, como las pelotas dando saltos? - dijo el niño riéndose.
– ¡No, así no! Votar quiere decir, que puedes elegir si algo te gusta o no. Igual que cuando tu profesor pregunta: ¿a quién le gusta jugar al fútbol? Y levantáis la mano, pues es lo mismo. Y después de llegar a un acuerdo lo escribían. Así lo fueron haciendo un día y otro. Cuando por fin, terminaron el 6 de diciembre de 1978, lo pasaron a los libros creándome así. - señalándose el libro.
– Y cuando terminaron, ¿qué pasó? -pregunto el niño.
– Pues lo mismo, que en tu clase tenéis que cumplir unas normas, para que podáis estar mejor en ellas…
– Sí, la de respetar el turno de hablar, no dar voces, respetar a los compañeros...
– Todas las personas, para poder vivir mejor, deben cumplir las normas que tengo escritas entre mis páginas - continuó hablando el libro.
Paco, a medida que el libro seguía explicando su historia, se sentía más atraído por lo que decía, y no cesaba de preguntar:
– Además de que las personas cumplan las normas, ¿tú puedes ayudarlas, cuando tengan problemas?
– ¡Claro! también. Solo tienen que buscar entre mis páginas lo que necesiten.
– ¿Nada más?
– ¡Bueno, así de fácil, tampoco es!. Al igual que tu, cuando tienes un problema y buscas a alguien para que te ayude, también existen personas que su trabajo consiste en ayudar a las personas que lo necesitan.
El niño, por un momento se quedó pensativo, y luego respondió:
– ¡Sabes lo que te digo Constitución, que te elijo para llevarte a mi casa!
– ¡ Me parece estupendo!. Verás cuando me conozcas mejor como seremos grandes amigos - respondió el libro.
Paco se despidió del librero, que seguía muy atareado en la limpieza de su librería, y dirigiéndose al libro le dijo:
– ¡Vámonos!, le diré a mi papá que hable contigo, como yo he hablado, porque como hoy es fiesta, no trabaja. ¡Claro si es 6 de diciembre!
Seño me encanto el cuento se lo enseñe a mi prima y mi prima a su profe y el dia siguiente lo pueso el profe de mi prima en la pizarra para que lo leiesen
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